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Tratamiento de la Esquizofrenia y Psicosis
Los trastornos psicóticos son desórdenes mentales graves caracterizados por una alteración global de la personalidad que provoca que las personas que los sufren tengan ideas y percepciones anormales, distorsionadas de la realidad.
Los trastornos más comunes y sus principales síntomas son:
- Esquizofrenia: Es una enfermedad crónica grave y degenerativa que provoca delirios, alucinaciones y síntomas motores, como por ejemplo la agitación compulsiva del cuerpo, alucinaciones tanto auditivas como visuales etc.
- Trastornos delirantes: El delirio suele centrarse sólo en un aspecto concreto, como por ejemplo los celos.
- Trastorno psicótico breve: Normalmente es provocado por una causa concreta, por ejemplo una situación de estrés. Por ello, suele durar únicamente unos días y desaparece sin dejar secuelas. Generalmente las personas con este tipo de trastornos sufren brotes psicóticos, es decir, episodios agudos de delirios y alucinaciones.
¿Qué síntomas presentan los trastornos psicóticos?
Los dos principales síntomas que presentan los pacientes que padecen trastornos psicóticos son:
Delirios: Pensamientos ilógicos y falsas creencias, como que alguien les persigue o está en su contra.
Alucinaciones: Son percepciones falsas e irreales, como por ejemplo ver o escuchar cosas que no existen.
Causas de los trastornos psicóticos o por qué se producen. Las causas pueden ser varías:
- Genéticas
- Consumo de sustancias como el alcohol y las drogas.
- Tumores o quistes cerebrales
- Algunos fármacos
- Accidente cerebro-vascular (causa orgánica).
¿Se pueden prevenir los trastornos psicóticos?
La prevención de los trastornos psicóticos depende de la causa. Si la causa es el consumo de determinadas sustancias o fármacos, esta enfermedad puede prevenirse evitando su consumo.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento depende de la causa de la psicosis. El tratamiento incluye, principalmente, la psicoterapia. En casos muy graves puede requerirse la hospitalización cuando la persona puede ser peligrosa para sí misma o para los demás.
Esquizofrenia
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave que suele cursar con periodos de exacerbación en los que el paciente pierde el contacto con la realidad de forma importante y suele presentar dificultades para valerse por sí mismo por lo que puede requerir un ingreso en un hospital para poder recibir un tratamiento intensivo. Una vez superada esta exacerbación el paciente recupera el contacto con la realidad y suele mantenerse estable durante años siempre que mantenga el tratamiento farmacológico. En esta estabilidad, el paciente suele ser capaz de trabajar, de relacionarse con normalidad con los demás y de hacer una vida prácticamente normal.
La enfermedad de la esquizofrenia tiene un curso crónico y frecuentes recaídas. Suele producir deterioro de las funciones psíquicas superiores (disminución del rendimiento de la atención, la memoria, la concentración, la capacidad del pensamiento y la asociación de ideas) y la vida sociolaboral (el paciente sufre un retraimiento general que se conoce como autismo).
Actualmente se admite que la esquizofrenia tiene una causa biológica-hereditaria más que psicológica-ambiental. Puede tratarse con fármacos antipsicóticos, que mejoran los síntomas y frenan el curso progresivo de la enfermedad, lo que permite una mejora notable del paciente.
Los criterios para diagnosticar la esquizofrenia son los mismos en niños, en adolescentes y en adultos, aunque en los niños más pequeños no se pueden dar todos los síntomas psicopatológicos por la inmadurez cognitiva que presentan.
Tipos de Esquizofrenia
Los tipos de esquizofrenia están definidos por los síntomas que predominan en la evaluación del paciente con esquizofrenia y es frecuente que el cuadro incluya síntomas que son característicos de más de un subtipo. Debido a esta falta de especificidad, en la última actualización de la clasificación de enfermedades mentales DSM5 se han suprimido estos subtipos. No obstante, pasamos a describir las características que más definían a estos subtipos en las clasificaciones anteriores:
- Esquizofrenia paranoide. La persona se siente extremadamente suspicaz, perseguida, o con sentimientos de grandiosidad, o siente una combinación de estas emociones. En este tipo de esquizofrenia predominan los delirios y las alucinaciones. Característicamente, cursa en forma de brotes con recuperación, en ocasiones completa, de los mimos. Tiene buen pronóstico si se diagnostica pronto y se trata correctamente.
- Esquizofrenia desorganizada. La persona es frecuentemente incoherente en el hablar y en el pensar, pero puede que no tenga alucinaciones. Este tipo de esquizofrenia, afortunadamente, poco frecuente tiene mal pronóstico, y la respuesta al tratamiento no suele ser buena. No suele cursar en brotes, sino que el curso suele ser progresivo.
- Esquizofrenia catatónica. La persona está alienada, silenciosa, negativa y frecuentemente asume posiciones del cuerpo extrañas. Es un tipo de esquizofrenia muy poco frecuente, aunque en ocasiones podemos ver algún episodio de esquizofrenia catatónica en pacientes que posteriormente desarrollan una esquizofrenia paranoide típica.
- Esquizofrenia residual. Viene a ser la fase crónica de la esquizofrenia. Suele aparecer en pacientes que han padecido una esquizofrenia paranoide durante muchos años, con numerosos episodios de descompensación, normalmente motivados por una mala adherencia al tratamiento. Estos pacientes ya no experimentan los síntomas habituales de la esquizofrenia paranoide, como alucinaciones y delirios, sino que predominan lo que llamamos síntomas negativos como la apatía, el desinterés, la falta de capacidad para sentir, etc.
- Trastorno esquizoafectivo. El trastorno esquizoafectivo es una enfermedad compleja, de difícil diagnóstico y tratamiento. Son pacientes que tienen síntomas de esquizofrenia en diferentes momentos de su evolución pero que también presentan síntomas de trastorno bipolar. Con frecuencia se confunde con ambas enfermedades y de hecho para algunos no es una enfermedad independiente. Algunos pacientes pueden beneficiarse de tratamiento con litio como en el trastorno bipolar.
Síntomas de la Esquizofrenia
Los síntomas de la esquizofrenia se clasifican en tres categorías principales: síntomas positivos, síntomas negativos y síntomas cognitivos
- Los síntomas positivos de la esquizofrenia incluyen alucinaciones, delirios, trastornos del pensamiento y/o trastornos del movimiento. El paciente con esquizofrenia con frecuencia puede expresar que escucha voces dentro o fuera de su cabeza. Estas voces suelen ser personas que comentan las cosas que hace el paciente, aunque también pueden insultarle o amenazarle. En ocasiones estas voces pueden darle ordenes o controlarle el movimiento. Las alucinaciones en forma de «voces» son el tipo de alucinación más común en la esquizofrenia.
- Los síntomas negativos de la esquizofrenia consisten en todo lo que pierde el paciente a causa de la esquizofrenia. Estos síntomas son más difíciles de reconocer, ya que muchas veces se confunden con los de la depresión u otras condiciones. Estos síntomas incluyen: «afecto plano» (la persona no mueve el rostro o habla con una voz desanimada y monótona), falta de satisfacción en la vida diaria, falta de habilidad para iniciar y mantener actividades planificadas y/o falta de comunicación, incluso cuando la persona se ve forzada a interactuar. Los pacientes con esquizofrenia que presentan muchos episodios o brotes tienen más riesgo de presentar síntomas negativos, si bien en algunos casos aparecen estos síntomas desde el comienzo de la enfermedad. Los síntomas negativos son mucho más resistentes al tratamiento y su presencia indica cronicidad y peor pronóstico.
- Los síntomas cognitivos de la esquizofrenia son más sutiles. Estos síntomas incluyen: «funcionamiento ejecutivo» (habilidad para comprender información y utilizarla para tomar decisiones) deficiente, problemas para concentrarse o prestar atención y/o problemas con la «memoria de trabajo» (habilidad para utilizar información inmediatamente después de haberla aprendido).
Tratamiento de la Esquizofrenia
La base del tratamiento es la medicación antipsicótica que debe tomarse tanto en las exacerbaciones como en el mantenimiento para evitar las recaídas. Hay que tener en cuenta que la causa más frecuente de recaída es el abandono de la medicación seguida del consumo de tóxicos.
No obstante, las personas responden de diferentes maneras a los medicamentos antipsicóticos y no se puede garantizar de antemano cómo una persona responderá. Algunas personas padecen efectos secundarios cuando comienzan a tomar estos medicamentos, pero en su mayoría desaparecen después de unos días y a menudo pueden ser tratados con éxito. De todas formas, es aconsejable no conducir vehículos hasta no adaptarse a los nuevos medicamentos antipsicóticos.
Los tratamientos psicosociales pueden ayudar a las personas con esquizofrenia que ya están estabilizadas con medicamentos antipsicóticos. Estos tratamientos ayudan a las personas a afrontar los desafíos diarios de la enfermedad, como dificultad con la comunicación, el cuidado personal, el trabajo y las relaciones con los demás. Aprender y usar mecanismos para hacer frente a estos problemas les permite a las personas con esquizofrenia socializarse y asistir a la escuela y al trabajo.
Los pacientes que reciben tratamiento psicosocial de forma regular y complementaria a la medicación, tienen más probabilidades de continuar con los medicamentos (adherencia) y menos probabilidades de sufrir recaídas o terminar hospitalizados.
Hable con nuestro psiquiatra acerca del mejor tratamiento para usted.
Num. colegiado 35/38/05399